Jean-Louis Deótte extrapola en este libro artes y técnica, a partir de las relaciones entre ambas. En este proceso el autor sitúa la noción de aparato y sus nexos con el arte. Walter Benjamin fue quien introdujo en primer lugar sus elaboraciones sobre los aparatos. Tal vez el término "diversidad" no sería preciso para definir lo que las artes de la actualidad expresan -dado que lo diverso califica de forma débil una situación-. Quizás la noción de "fragmento" sería más apropiada. Y esto nos obliga siempre a preguntarnos cuál es la totalidad en crudo que esos fragmentos convocan o recuerdan. La estética del fragmento genera necesariamente una dialéctica de la parte y de la totalidad. Este lúcido ensayo comienza afirmando que las artes contemporáneas pondrían en riesgo el poder de unificación del arte. Porque el arte de esta época no sería más el de la ruina, que es siempre un fragmento, sino el de la ceniza sobre la cual el crítico difícilmente pueda aferrarse. En La época de los aparatos, Jean-Louis Déotte examina a lo largo de veintitrés capítulos un conjunto de autores de distintas procedencias que toman a los aparatos como objetos de sus formulaciones: de Schiller, Descartes y Flaubert a Greenaway, Panofsky, Adorno, Lefort, Arendt, Sokúrov, Foucault y Flusser, entre otros.