Daniel no es un padre corriente. A los ojos de sus tres hijos es maravilloso, pero su mujer está cansada de que se comporte como si fuera tan pequeño como ellos. Tras un accidentado divorcio en el que Daniel pierde la custodia, pondrá en práctica una idea alocada. Así es como la señora Doubtfire entra en las vidas de sus hijos y se convierte en la mejor canguro que nunca habrían imaginado.