La ambigüedad moral y las contradicciones, la corrupción del poder, el carácter como motor de nuestras acciones, la responsabilidad personal
son cuestiones que nos importan mucho hoy, tanto como en la Antigüedad. De ahí que este ensayo atemporal y provocador no trate, en realidad, sobre la tragedia griega.
Los dilemas que más nos preocupan no tendrán tanto que ver con la actualidad o la modernidad si ya se representaban en los teatros clásicos. Incluso personajes como el protagonista de Breaking Bad encontrarían estimulantes aquellas representaciones.
Simon Critchley nos muestra de qué modo dramaturgos como Sófocles o Esquilo, pero también filósofos como Sócrates y Aristóteles, pueden servirnos de espejo. Gracias a su prosa irónica y desenfadada comprobamos que aquellos clásicos pueden llegar a ser los más posmodernos al invitarnos a convivir con la incertidumbre, y no a combatirla.