Nunca te fíes de un periodista del corazón. Una noche de amigos, en la que las copas fluyen desorbitadas, unas chicas que se muestran receptivasà Todo es diversión hasta que la fiesta se convierte en una odisea degenerativa donde nuestro protagonista se ve envuelto en una trama de extorsión y proxenetismo. Las drogas de sumisión química cambiarán su vida. Burundanga, escopolamina...Ramos, el antihéroe de esta novela, es un adicto a numerosos vicios: bebida, tabaco, comida basuraà y su principal droga: el dinero. No habrá suciedad que no cometa por buen un cheque, ni mujer a la que no proponga acciones repugnantes. Se siente feliz con su cotidianeidad de periodista alcohólico que vive de publicar los trapos sucios de los famosos en revistas de prensa amarilla. La soledad es su mejor aliada, o eso piensa él. La realidad es que bajo los efectos del alcohol, se transforma en diversos personajes convirtiéndole en un tornado de destrucción que, sin ser consciente, arrastra a quien le rodea. Esa inconsciencia le lleva a situaciones límite donde