Recuerdo la primera entrevista para esta investigación. Preguntaron por mi nombre, si era vasco. Respondí que sí y comenzaron a contarme sus secretos. Una hora después comprendí lo que había pasado y, de golpe, la estrategia: cuanto menos hables, mejor. Así llegó Iker Díaz de Durana, tras ocho años de entrevistas, a su quinto y último encuentro con un viejo líder campesino y guerrillero que, entre sollozos, pronunció las palabras más temidas de la historia contemporánea colombiana: Nunca le he contado esto a nadie. Si la verdad siempre es terreno sinuoso, en este país es quebrado, en él se sitúa esta historia de un pequeño grupo de hombres que tomaron las armas para construir una nueva Colombia. Primero se llamaron Patria Libre, luego se unieron al ELN y, antes de dejar las armas, se llamaron Corriente de Renovación Socialista. Hay mucho muerto, traición, épica popular, guerra fría y mentiras, pero, sobre todo, gracias a fuentes inéditas, es una historia verosímil. Por ejemplo, en su primera acción armada, la prensa y las autoridades los confundieron con ladrones de ganado, y en una de las últimas, el cartel de Cali creyó que eran sicarios del cartel de Medellín y lo eran.