¿Quién defendió las fronteras de la Monarquía Hispánica y Portuguesa cuando estas se expandieron por cuatro continentes? Fueron los civiles organizados en milicias que, junto a los ejércitos reales o en solitario, sumaron en una única acción la protección de sus hogares y la de esas Monarquías en el Mediterráneo, el Atlántico, América, Flandes o Italia. La investigación de autor rescata la importancia de estos ciudadanos-súbditos armados en el mantenimiento del poder del rey, generalmente vistos para los historiadores como un objeto mezquino, digno de ser tratado por los eruditos locales quienes pueden estar orgullosos de que en su pueblo, tal año, unos vecinos mal armados repelieron una incursión.