Prologado por el Nobel de Economía Amartya Sen, este volumen reafirma la estatura de Hirschman como uno de los pensadores más influyentes y provocadores del siglo XX. A lo largo de sus páginas, el autor reconstruye el clima intelectual de los siglos XVII y XVIII para iluminar la compleja transformación ideológica de la que emergió triunfante el capitalismo.
A la búsqueda de los intereses materiales -siempre condenados, como el pecado mortal de la avaricia- se le asignó la función de contener las pasiones rebeldes y destructivas del hombre. Hirschman nos ofrece una nueva interpretación sobre el surgimiento del capitalismo poniendo énfasis en la continuidad entre lo viejo y lo nuevo, en contraste con el supuesto de una aguda ruptura, característica del pensamiento marxista y el weberiano. La ironía de la historia hizo que el capitalismo fuera a lograr exactamente lo que había denunciado como su peor característica: la represión de las pasiones en favor de los "inofensivos" intereses de la vida comercial. Para interpretar este largo cambio ideológico, el autor se basa en los escritos de numerosos pensadores como Montesquieu, Sir James Steuart y Adam Smith.