El nacionalismo español excluyente que se ha extendido durante la última década tiene manifestaciones muy extremas y minoritarias (reflejadas en Vox, en autores como María Elvira Roca Barea, en los seguidores de Gustavo Bueno), pero en versiones algo más diluidas ha penetrado muy profundamente en la sociedad española, como Sebastiaan Faber se encarga de demostrar en este libro. Resulta imprescindible el análisis crítico que realiza el autor de los intentos desesperados por promover la «marca España», no sólo en los gobiernos de Mariano Rajoy, también en el Gobierno en solitario de Pedro Sánchez, cuando Josep Borrell, en su condición de ministro de Asuntos Exteriores, se empleó a fondo en «combatir» las críticas a España por la crisis catalana, a veces con resultados grotescos. Faber reconstruye con su perspicacia habitual cómo el bienintencionado deseo de mejorar la imagen de España suele acabar contaminado por el nacionalismo excluyente, generándose un clima de intolerancia hacia todo