Un narrador, y un testigo que dialoga, desentrañan cada una de las diechiocho historias que la autora ha reunido en este libro. Espacios mínimos, paisajes indeterminados, lugares revisitados y épocas sin año son el único paisaje. La ironía dentro de la ficción, lo improbable dentro de la realidad y un leve drama desvestido, convierten cada argumento en un caminar a tientas, y la literatura es aquí una armonía cifrada.