Crece la preocupación por el aumento de la desigualdad, la situación de las mujeres y los desafíos ecológicos. Aparecen nuevos manipuladores de la información, nuevas castas políticas y noblezas del dinero. Las democracias parecen incapaces de abordar los desafíos de un planeta mucho más poblado e interconectado que el que había cuando se diseñaron sus soluciones institucionales.