A Lily le gusta salir a pasear con su perrita Nicki. Con ella se siente segura de ir al campo y de pasear por la ciudad. Lo que no sabe es que Nicki la protege de peligros que se esconden en los árboles, las calles y las ventanas. Es una tarea agotadora, pero vale la pena. Al final Nicki obtiene como recompensa un buen descanso y la satisfacción de cumplir con su tarea de guardiana.