El momento político actual en España parece no acabar de definirse. Las élites se encuentran entre el inmovilismo y una "segunda transición" con reformas cosméticas de la Constitución actual, perpetuando la esencia de un texto constitucional que no han votado las nuevas generaciones. Ante esta situación urge iniciar una nueva etapa, acumulando para ello la fuerza democrática suficiente para hacer el recorrido de un verdadero proceso constituyente. Con la irrupción del 15M se inició el camino hacia una cultura política participativa que impugna los grandes dogmas que, desde el poder, se proyectaban a las generaciones jóvenes. La respuesta social a la crisis sistémica abre un nuevo tiempo político que demanda también un genuino proceso constituyente. Este "llamamiento" subraya la necesidad de elaborar colectivamente otro proyecto de país; un proyecto que no puede esperar a que tengamos la fuerza y la capacidad suficiente para llevarlo a cabo, sino que se construye desde ahora mismo, pues solo la confluencia de muchos creará la fuerza suficiente para que un nuevo país vea la luz, a la vez que una nueva Constit