En el exitoso programa de televisión El jefe infiltrado, el propietario
o directivo de una empresa cambia completamente su
aspecto para que nadie le reconozca. De esta forma se infiltra
en su propia organización para desempeñar las tareas de un
empleado y descubrir desde dentro un sinfín de detalles que
sería imposible percibir con una gestión empresarial que controla
todo exclusivamente desde arriba, sin meterse en la piel
de las personas que cada día contribuyen al éxito o al fracaso
de su negocio.