El lobo está cansado de que desaparezca su desayuno. Lo deja preparado por la noche antes de irse a dormir, y cuando por la mañana va a comérselo, no quedan ni las migajas... Cansado de esta situación, le pedirá ayuda a su amigo el gato para preparar una trampa que evite que el dichoso ladrón siga asaltando su despensa. El escritor e ilustrador francés Philippe Jalbert nos trae una divertida historia con un final? ¡más oloroso que sabroso!