LA LONJA DE MERCADERES. Sin haber alcanzado nunca el carácter emblemático de otros edificios sevillanos, quedan fuera de toda discusión sus valores históricos y arquitec¬tónicos. Los segundos han sido analiza¬dos desde un punto de vista histórico por entender que la Lonja no puede ser comprendi¬da sin conocer las institucio¬nes por las que se creó y para las que se utilizó. En la historia del edificio se analizan dos momentos, el de su construcción, entre 1583 y 1646, vinculado al comercio y a su asociación más represen¬tativa, el Consulado de carga¬dores a Indias, y el de su restau¬ración y rehabilitación para Archivo de Indias. Ambos que¬dan ensamblados por un ter¬cero, complementario, de obras menores y de exorno, que per¬mitieron alargar una existen¬cia enferma dando oportuni¬dad a su recuperación. Desde Juan de Herrera a Fer¬nando Villanueva, los arquitec¬tos más representativos de la ciudad han dejado la impronta de su creatividad o la huella de «u trabajo. El calificativo de «alhaja sin igual» dado por Juan Bautista Muñoz que, sin duda, alude al local y al contenido que alber¬ga, da pie a un breve análisis de ese tesoro documental para el que la Lonja es el cofre más adecuado.