En Los amantes deberían llevar solo mocasines, Joumana Haddad se asoma por la puerta del erotismo y logra un relato provocativo e inquietante, pleno de energía y sensualidad. Como si descubriera por primera vez la fuerza del deseo, la protagonista se regala una sorpresa: abandona por una noche sus inhibiciones y visita un club de swingers. Esta experiencia desata un viaje interior: una creciente emoción por lo prohibido en busca de límites que cruzar. Cada espacio de aquel club es un escenario donde concurren el placer y la entrega sin origen ni destinatario precisos. La mujer, desprovista de nombre, instalada en el presente, va tomando su lugar entre los actores. Su mirada en ocasiones fascinada por la transgresión, a veces temerosa, siempre lúcida, busca al amante que no está ahí sino en su imaginario, un otro que ella recuerda constantemente, centro de su nostalgia y su deseo, que la lleva de la mano por los rincones donde cuerpos desnudos y lúbricos se revuelven en la penumbra y la invitan a unirse, a desaparecer en el anonimato de la multitud.
Misticismo y lujuria confluyen en este relato de Joumana Haddad quien, con gran capacidad de síntesis, logra que los personajes transiten a través de diferentes tradiciones culturales y literarias. Una voz fresca, convincente y necesaria en la narrativa contemporánea.