Para algunas mujeres, Ciudad Juárez llegó a convertirse en uno de los lugares más peligrosos del mundo en la década de los noventa. Una urbe en la que había libertad para violar, torturar y matar. Una urbe en la que los policías encubrían a los asesinos y maquinaban falsos culpables mientras el Gobierno parecía cerrar los ojos. Según Amnistía Internacional, Ciudad Juárez poseía una de las tasas de impunidad más elevadas del planeta con respecto al asesinato de mujeres. Esta impunidad era especialmente obscena para aquellos que flirteaban con las altas esferas del poder o poseían un nivel adquisitivo que les permitía comprar cualquier tipo de experiencia de cariz sexual.
\\\"Los cuerpos perdidos\\\" recoge el dolor del Otro y lo transforma en memoria propia para levantar una ficción inspirada en lo real sobre la barbarie, el mal, la injusticia y la locura.