Este libro es el resultado de veinte años de estudios sobre
mujeres romanas, sobre las fuentes que transmiten noticias
sobre ellas, y también sobre los emperadores, sus amantes y
sus esposas.
Los emperadores romanos y el sexo trata de profundizar en los
mecanismos de sucesión en el Imperio romano, en el entendimiento
de que un régimen autocrático como el imperial puso, por primera
vez en la historia de Roma, al sexo en el centro del interés político y
social. La sexualidad de quienes ostentaban el poder, los em -
peradores, pasó a ser asunto de Estado. Y, en ese sentido, todas las
fuentes dan una importancia pasmosa al ajetreado campo de batalla
en que se convirtieron las alcobas del Palatino.
Si las políticas oficiales sobre la sexualidad y las costumbres fueron
invariablemente moralistas, la realidad de la vida sexual de los
emperadores no lo fue tanto. Entre César y Severo Alejandro (es
decir, entre los años 49 a.C. y 235 d.C.), nos encontramos a empe -
radores heterosexuales como Claudio, bisexuales como Trajano, y
abiertamente homosexuales como Adriano o Helagábalo. Hubo hasta
emperadores adictos al sexo como Nerón que llegaron a con traer
enlaces con personas de su mismo sexo.