Nada hay más extraordinario que la normalidad; nada más inestable. Y, según se diagnostica en estos imprevistos desde su título mismo, nada más amenazado. En uno de los cuentos de este libro se retrata a un hombre retraído, discreto y templado que profesa la neutralidad como forma de vida; un sobrio ciudadano provisto de principios, pareceres y afecciones que no predica ni vindica, y desprovisto en consecuencia de eslóganes, tatuajes, avatares digitales, pulsiones consumistas, adicciones tecnológicas o cualquier afán de definirse desde la aceptación o el rechazo del prójimo. A este ser humano que por propia voluntad atraviesa la existencia en silencio, el resto del mundo le asigna el color que se reserva en nuestro pantone moral para aquello cuyos atributos nos resultan indiferentes o indiscernibles; y el gris de este hombre gris define a su vez en el cuento del mismo título cierto ideal de normalidad.
El resto del libro está dedicado a exhibir sistemáticamente la demolición de ese ideal. Los imprevistos ofrece un completo catálogo de las muchas maneras en las que hoy por hoy ?o, como muy tarde, ma