Tres feroces bandidos, con grandes capas, anchos sombreros y bien armados, tienen aterrorizada a la gente con sus fechorías. Hasta que secuestran a una pequeña e inocente niña, con intención de recibir un rescate. Las preguntas ingenuas de Úrsula en la cueva ponen en evidencia la falta de sentido de la avaricia de los bandidos, que se transforman en bienhechores. El color negro de las ilustraciones del principio se va suavizando a medida que se relaja la tensión de la historia, en este álbum recuperado del olvido por la editorial Kalandraka y considerado un clásico que los más pequeños (y sus padres) no se deben perder.