AA.VV
A menudo, los mandalas están inscritos en un círculo y giran alrededor de un centro. Nuestro corazón es nuestro centro. Cuando coloreamos un mandala somos más felices: más alegres, más creativos. Cuando queremos hacer un mandala para dárselo a alguien a quien amamos, es nuestro corazón que habla. Si lo escuchamos, sabremos siempre lo que es bueno para nosotros y para los otros. La belleza y la bondad alimentan el corazón de los hombres. ¡A través de la belleza podremos hacer de nuestro mundo un paraíso!