Desde los momentos mágicos en el plató de Harry Potter como Draco Malfoy hasta los retos de crecer bajo los focos, descubre la vida de Tom Felton dentro y fuera de la gran pantalla
La infancia de Tom fue de todo menos normal. Su temprano acceso al mundo del cine con Los Borrowers, una gran aventura le hizo famoso, pero conseguir el icónico papel de Draco Malfoy, el villano rubio de las películas de Harry Potter, le cambió la vida.
Con gran franqueza y su característico humor, Tom cuenta lo que significó para él crecer bajo los focos y formar parte del mundo de los magos por primera vez. También comparte anécdotas sobre sus comienzos en la interpretación, desvela cómo fueron realmente los rodajes para él y habla de las relaciones duraderas que entabló durante esa década en los sets de filmación, los altibajos de la fama y la realidad de surcar la vida adulta después de una experiencia tan especial.
Prepárate para conocer a un mago de la vida real.
«Nos pusieron a treinta en fila. Uno de los adultos (más tarde me enteraría de que era Chris Columbus, el director) fue preguntándonos uno por uno qué parte del libro nos hacía más ilusión ver en la pantalla. Recuerdo que la pregunta me decepcionó. Las respuestas fueron claras y certeras: ¡Hagrid! ¡Fang! ¡Quidditch! Yo estaba allí parado, preguntándome si tardaría mucho en poder volver a casa. Únicamente cuando le llegó el turno al chico que tenía a mi lado me di cuenta de que, no solo no había pensado en la pregunta, sino que no tenía ni idea de lo que hablaban. ¿Quién era Hagrid? ¿Qué era un quidditch? Mi vecino anunció que lo que más le entusiasmaba era ver Gringotts, y yo pensé: ¿Qué demonios son? ¿Alguna especie de animal volador, tal vez?
»No había tiempo para averiguarlo. Chris Columbus se volvió hacia mí.
»¿Y a ti, qué parte del libro te hace más ilusión ver, Tom?
»Sentí que me ahogaba. Se hizo un silencio incómodo en la sala de audiciones. Esbocé mi sonrisa más encantadora y señalé al tipo de Gringotts.
»Lo mismo que a él, colega dije agitando un poco los brazos. Estoy deseando ver a esos gringotts.
Se produjo una pausa tensa.
»¿Quieres decir que estás deseando ver Gringotts... el banco? preguntó Columbus.
»Pues sí dije rápidamente intentando sonar convincente. ¡El banco! ¡Me muero de ganas!».