Sin saber muy bien por qué el pájaro decidió lamer la flor como si fuera un caramelo. Lo que ocurrió a continuación le dejó con los ojos redondos. Los colores de la flor habían pasado a formar parte de su plumaje.
Artículos relacionados
Vista previa: MÁS FUERTE, MÁS GUAPO, MÁS IMPORTANTE
Utilizamos cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica AQUÍ para más información. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar cookies" o configurarlas o rechazar su uso clicando "Denegar".