Esta obra está estrechamente relacionada con la biografía del autor, cuya madre fue víctima de las terribles deportaciones y desplazamientos que sacudieron a Rusia y a Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. Como miles de exiliados rusos, su madre acabó en Bélgica, en principio, una escala en su sueño de vida americano. Allí malogró un primer matrimonio del cual nació el hermano mayor de Eugène. A partir de ahí, sueños rotos, sufrimiento y enfermedad. Ella «rompió todos los puentes» con su pasado, por lo que su historia personal se convirtió en un misterio, retales de dimes y diretes mal cosidos aquí y allá. Savitzkaya confiesa ignorar casi todo de la historia de su madre, por eso se embarca en la escritura de Mentir, una brillante y escalofriante narración donde salen a escena decepciones, incertidumbres, tristezas y finales. Ella, privada de su sueño de evasión, sugiere al narrador la imagen de una fiera enjaulada y da lugar a una historia hueca: habladurías traducidas a literatura. Esta historia refleja la «duda fundamental» que se instala en el corazón de la modernidad literaria: el narrador-mentiroso