Pongo en tus manos, además del libro-diario de una entrañable amistad, la denuncia de una injusticia irreparable. Un hombre honrado, comedido, leal, generoso, discreto, virtuoso y, por lo tanto, un verdadero artista, murió crucificado por el desprecio de sus correligionarios. Lo retrato al desnudo, desde la lealtad de quien gozó de su confianza y de su exquisita intimidad, para que, junto al brillo irradiador de su vida, quede patente la razón de las sombras que, en su obra, contrastan con su luz proverbial. F.O. «Miguel Pérez Aguilera ya es un clásico: un artista que ha dedicado su vida a la realización de una pintura que ha traspasado los límites de la vanguardia, que lo ha asumido, y que ya ha entrado en el universo de las aportaciones fundamentales de nuestro siglo». Ana Guash «Don Miguel fue un pintor de culto, lo es, cada día más, no de fama, no de masas, con gustadores fieles, cuyo número crece, a medida que pasa el tiempo. Su obra es como la de esos grandes poetas ocultos, cuyo enorme resplandor llega a un círculo privilegiado; un creador, grande, con mundo propio, con universo cuajado de presencia,