En un minuto Leigh camina a casa durante las primeras horas de la mañana, y al siguiente un vampiro está hundiendo su dentadura en su cuello. Resulta que era un solitario vampiro al borde de la extinción, pero esto no es un consuelo para Leigh ya que el daño ya está hecho. Ella se ha transformado ya.
Lucian Argeneau, cazador de vampiros solitarios, ha vivido durante doscientos años, y hay pocas cosas que le exciten. La comida le resulta insípida, el sexo rutinario. Y de repente Leigh aparece en su vida. De pronto tiene muchas ganas de tomar café... y se imagina a una atrevida morena sobre sus sábanas de satén negro en su enorme cama. La misión de Lucien será ahora enseñarle a Leigh los trabajos íntimos de ser inmortal... y ser su tutor enciende una llama en él que ha estado apagada durante siglos.
Aunque hasta que no detengan a un chupasangres renegado para que no acabe con la raza humana, ¡la pasión tendrá que esperar!