Introducción
1. Rasgos de las instituciones culturales del fascismo en el extranjero
2. La fascistización de la cultura italiana durante la dictadura de Primo de Rivera
2.1. Presencia cultural y propaganda previa
2.2. Una coyuntura apropiada para exportar la cultura
2.3. Primeros resultados: los libros y la lengua de Dante
2.4. Los emigrantes italianos como instrumentos de propaganda
2.4.1. Los primeros fascistas
2.4.2. Las escuelas y su fascistización
3. Cultura y propaganda antirrepublicana
3.1. Una democracia incómoda
3.2. La "muleta" cultural de Guariglia
3.2.1. El Istituto Italiano di Cultura y la expansión geográfica de la propaganda
3.2.2. La nueva posición del italiano en el sistema educativo
3.2.3. La propaganda en el mundo académico y el proyecto de Tratado cultural de 1935
3.3. Incorporación de las ideas fascistas entre la derecha española
3.4. Repercusión del antifascismo en la colonia y creación del CAUR de Madrid
4. Los años de la Guerra Civil y el primer franquismo
4.1. Rentabilización cultural de la ayuda prestada
4.1.1. Importancia de la política del libro
4.1.2. Los cursos de idiomas
4.2. La comunidad fascista
4.2.1. Concordia con los vencedores
4.2.2. Adecuación de los centros escolares italianos a la política educativa franquista
4.3. Configuración del nuevo Istituto Italiano di Cultura en España
5. La acción de la República de Saló en España
5.1. El camino trazado por Mussolini
5.1.1. Un paso al frente en la Guerra Mundial
5.1.2. La República de Saló
5.2. Los últimos fascistas en España
5.2.1. Cambios en la estrategia de Franco
5.2.2. Los representantes de Mussolini
5.2.3. Pugna por el control de las estructuras culturales
5.3. Una "nueva" cultura italiana en España
6. Balance de la penetración cultural italiana durante el fascismo
Bibliografía
Mussolini encontró en la cultura italiana un escaparate idóneo para publicitar el fascismo. A partir de 1926, con su afianzamiento en el poder tras la promulgación de las Leggi fascistissime, pudo dedicar mayores esfuerzos a su idea de exportar la ideología a la comunidad italiana emigrada y al resto de países. Por esa razón modificó la estructura institucional encargada de la difusión cultural en el exterior y estableció las depuraciones necesarias para contar con diplomáticos comprometidos en las embajadas y consulados. España no fue ajena a esta acción y, junto al encuadramiento de la colonia en torno al partido, se fascistizaron las escuelas italianas en el país, se controlaron los comités de la divulgativa Società Dante Alighieri, se configuró un Istituto Italiano di Cultura con sedes en las principales ciudades y se realizó una labor de proselitismo entre el mundo intelectual. Como se analiza en el texto, esta utilización de la cultura estuvo mediatizada por la evolución de la política española y por el devenir de la política internacional que marcaría, finalmente, la caída del propio Mussolini y su régimen.