"Nadie duerme" es un vómito, un alarido. Quiere hablar de lo que duele, de la cara oculta de la luna en las relaciones con los otros. El sexo, el cuerpo como prisión, como condena. La imposible comunicación, la mentira de la pareja, los miedos, el miedo. Este es un relato alucinado, marginal y onírico que busca retorcer los tópicos, llevarlos al extremo, volverlos insoportables.