«Las formas contemporáneas que someten la vida al poder de la muerte (la necropolftica) ¿llevan a cabo una reconfiguración profunda de la relación entre resistencia, sacrificio y terror? Este ensayo presenta la hipótesis de que la expresión última de la soberanía reside en gran parte en el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quién debe morir. En consecuencia, matar o dejar vivir constituyen los límites de la soberanía, sus atributos fundamentales. Ejercer la soberanía es ejercer el control sobre la mortalidad y definir la vida como el despliegue y la manifestación
del poder.»