Negociando la obediencia analiza la gestión de los virreinatos americanos durante el valimiento del conde-duque de Olivares, en el marco de la Monarquía Hispánica entendida como un sistema de múltiples interrelaciones. Procurando superar el silencio historiográfico en el que permaneció el papel concedido a las posesiones transatlánticas por los poderosos favoritos reales de la primera mitad del siglo xvii, esta obra demuestra que la política indiana de las décadas de 1620 y 1630 representó un elemento importante de la agenda del valido, que, al mismo tiempo, condicionó y fue condicionada por los sucesos del mundo hispánico. De hecho, la vertiente americana del régimen de Olivares fue intensa, al punto de intentar que el Perú y la Nueva España funcionaran de forma coordinada y dependiente como un apoyo a la política dinástica ante la crisis castellana, pese a sus crecientes necesidades defensivas, a la pérdida del control sobre la administración, a las dificultades fiscales y al fortalecimiento de sus grupos de poder. En este contexto, desde Madrid se hizo especial hincapié en asegurar el cumplimiento de las órdenes reales e imponer una obediencia activa, lo que no impidió que la negociación y el acuerdo constituyeran el fundamento de las relaciones entre el poder central, la administración y las élites indianas.