Xandra ha sido asesinada. Mientras las personas que la querían tratan de encajar el impacto brutal de su pérdida, las pantallas se empeñan en exprimir hasta la última gota del caso con la excusa de informar al público. ¿Pero a quién beneficia esa dinámica que trata a las personas como peones de un juego descarnado ¿Qué agenda oculta hay detrás de ello y, sobre todo, quién la maneja