Pese a los avances del feminismo, el patriarcado sigue vigente. Gracias a su capacidad de adaptación, sus mandatos siguen limitando la libertad de las mujeres, y también de los hombres. Basándose en la filosofía y la psicología social, los autores elaboran, en un tono lúdico e irónico, y en forma de «obedecedario», una herramienta que nos permite reconocer el funcionamiento patriarcal y urdir un conjunto de estrategias de desobediencia para desinstalar sus preceptos.