El tratado "De Trinitate" es seguramente la obra más sistemática y genial de San Agustín. No sólo por la magnitud del problema que aborda, el de la Santísima Trinidad, que trata con hondísima penetración y con reverente humildad, sino también por la serie de problemas concomitantes de toda índole que el santo toca y resuelve en torno al gran misterio de nuestra fe. El pensador y el estilista se han dado la mano en la creación de esta obra inmortal, a la que han acudido y seguirán acudiendo cuantos se sumerjan en la contemplación y adoración del misterio inefable. El ingenio de San Agustín se multiplica prodigiosamente para buscar recursos, explicaciones, argumentos, semejanzas, que nos sirvan para rastrear el misterio de la Trinidad, que él analiza y razona con admirable clarividencia. San Agustín se postra ante el misterio, y el misterio le inunda de luz. Pocas veces habrá volado la mente humana a una altura tan asombrosa como vuela su genio en este tratado profundo de la Trinidad.