Oligarquía y Sumisión mantiene la tesis de que la democracia representativa y liberal ha muerto. Ha sido sustituida por la democracia de partidos, de inequívoco perfil socialdemócrata, en la que el ciudadano pierde protagonismo político, se observa una tan acelerada como aguda personalización del poder y las elecciones se convierten cada día más en puros actos plebiscitarios. Y ésta, a su vez, se ve ahora mismo afectada por la partitocracia, que para Ortí Bordás no es otra cosa que la enfermedad senil de la democracia. El régimen partitocrático imperante en la actualidad en la mayoría de las naciones europeas se caracteriza por el absoluto monopolio que los partidos ejercen en la vida política y por el implacable imperio de la ley de hierro de las listas cerradas y bloqueadas, lo que coexiste con la impotencia ciudadana, el desfallecimiento del Estado y el creciente y preocupante deterioro democrático al que se está asistiendo.