Todo lo que tuvo de controvertida la competición de los hombres en las montañas (récords de altitud, escalada de velocidad, Siete Cumbres y los 14 ochomiles), lo tiene de esclarecedor la competencia de las mujeres. Los medios de comunicación han aprovechado su nacionalidad y popularidad para enfrentarlas, y se han sacado a colación la motivación, el estilo y la moral.
Desde la memsahb Hettie Dyhrenfurth hasta Lynn Hill, quien logró escalar algo que ningún hombre había conseguido; desde Wanda Rutkiewicz a Angelika Rainer; desde Junko Tabei, la primera mujer en pisar la cumbre del Everest, hasta la élite mundial de hoy, Gerlinde Kaltenbrunner, Nives Meroi, Oh Eun-Sun y Edurne Pasaban, este libro acompaña a las himalayistas de mayor éxito hasta que una de ellas se convierte en la primera en alcanzar los catorce ochomiles. Pero para Reinhold Messner, mucho más fascinante que las victorias es la manera en la que entienden la montaña estas mujeres, así como la presencia que han tenido desde hace cientos de años en lo que se consideraba territorio de hombres: la zona que hay por encima de los 8.000 metros. Messner retrata con contundencia y de manera crítica la carrera de las mujeres por conquistar los 14 ochomiles y deja claro su veredicto: la montaña no entiende de sexos.