La Gran Idea tuvo su propia creación en la mente de Darwin. Apareció, aunque él todavía no lo supiese, durante el viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle. Reposó más tarde hasta convertirse en certeza.
No es posible decir cuándo sucede lo crucial, cuándo las sospechas, las intuiciones, los atisbos, las pesadillas de las noches en vela se convierten en ideas firmes. No sabemos cuándo apareció la Gran Idea.
Déjenme ejercer de archidiácono redivivo. Permítanme que les haga pensar en que están ustedes adentrándose por un camino largo y difícil y se encuentran con un reloj bellísimo. El camino es el de la vuelta al mundo. El reloj es un archipiélago: el de las islas Galápagos.
Déjenme creer, en contra de lo que dicen a menudo los exegetas oficiales, que fue allí donde la Gran Idea surgió.