Osa está sola y aprovecha los últimos días cálidos del otoño para comer fruta. No le gusta el aire frío del invierno, así que se refugia en su osera donde duerme y duerme. Cuando llega la primavera, Osa ya tiene compañía.
La narración del ciclo de la vida y de la naturaleza se transforma en un poema visual gracias a una ilustración de gran calidad con técnica de acrílico y lápiz y un texto de alta calidad expositiva.