Ante las opiniones cicateras y rencillosas sobre Wilde, yo sólo repetiré lo que él dijo: "La sociedad perdona al criminal, pero nunca al soñador".«Tiene sobriedad y totalidad este retrato literario que hago de Oscar Wilde, pues busca el perfil y el frente del genio original y solitario; porque siempre lo verdaderamente grande de la humanidad serán sus marcadas figuras solitarias y originales.
He tenido, para hacerlo, la perspectiva sin complicidad y la apreciación sin rencor para ese escritor incontinente y agónico que es un magnifico ejemplar de gran actor de la vida y del arte literato.»