¿Adónde van los niños que fuimos una vez? ¿Se refugian en lugares olvidados del mundo a los que, por mucho que nos empeñemos, no podremos volver? En este nos enseña que no debemos mantener separado el mundo real del de la fantasía. La realidad necesita de la fantasía para volverse deseable; la fantasía de lo real para poderse compartir con las personas que amamos.