Deseo y angustia, plenitud y vacío; en este universo poético se entrelazan las pasiones humanas, contradictorias pero inseparables, afines precisamente por su oposición. La realidad de estos poemas se desmenuza y transforma con palabras que inauguran sentidos: palabras de la infancia recuperada, de la soledad entre los ecos, del tiempo a destiempo. A lo largo de trece años, Carlos Fuentes Lemus escribió los íntimos poemas que comprenden este libro, desgraciadamente póstumo, y con el que se aprecia la voz de un poeta que comprendió desde el principio que adolescente es una palabra peligrosa. Hay, desde luego, en muchos de sus poemas, el idioma interior de un joven que disfrutó de la vida, pero siempre consciente de su inminente partida.