Este libro ofrece unas valiosas meditaciones a quienes desean realizar por sí solos, o con una guía personal, los ejercicios espirituales de San Ignacio. También es de gran interés y utilidad para quienes quieran dirigirlos, o para quienes deseen servirse del método ignaciano para orientar su vida conforme a la voluntad de Dios. No solo cuando se trata de elegir el estado de vida, sino para cualquier elección. Paso a paso va dando el consejo y la orientación teórica y práctica oportunos. Su autor ha pretendido una obra práctica con sólida fundamentación teórica, teológica y bíblica. Los puntos para las meditaciones son breves, co-mo pide San Ignacio, y en las contemplaciones no se ofrecen discursos, sino sugerencias que permitan ver, oír, observar, para que el alma se vaya transformando y disponiendo como conviene para encontrar la voluntad de Dios.
Los Ejercicios ignacianos son un sistema que organiza diversas unidades de actividad espiritual en orden a conseguir un fin determinado: «Vencer el hombre a sí mismo y ordenar su vida» de acuerdo con la voluntad de Dios (p. 3)