Durante su estancia en Berlín, Vladímir Maiakovski estableció contactos para que una antología de sus poemas se editara en dicha ciudad. El libro salió al año siguiente, en 1923, con el título de "Para la voz", con una selección realizada por el propio autor de trece poemas publicados desde 1913. El devenir personal de Maiakovski frente a los acontecimientos que, a un ritmo vertiginoso, se producían en Rusia, aparece reflejado en su libro a través de un lenguaje en el que se exalta el nuevo orden social. El paso dado por Maiakovski hacia una poesía accesible a un público mayoritario fue cuestionado por algunos poetas de su generación, como es el caso de Ósip Mandelshtam. A pesar del cambio radical en su forma de concebir la poesía, Maiakovski siguió produciendo de manera esporádica poemas amorosos y líricos. Esta poesía de sentimientos también aparece recogida en esta antología.
Maiakovski concibe "Para la voz" junto al pintor y diseñador El Lisitski, que interviene como "proyectista del libro", como una partitura que se convierte en un instrumento necesario para sus recitales. A pesar de que sus composiciones mantienen la secuencia lineal propia de los libros de poesía, El Lisitski rompe con esta uniformidad introduciendo al comienzo de cada poema un dispositivo visual que va acompañado de una pestaña que, juntas, conforman el índice.