Una oportunidad para conocer el legado de este fotógrafo pamplonés, cuyos archivos custodia el Museo de Navarra, en una edición en formato didáctico y asequible. Incluye la colección de retratos de personajes conocidos de los años cuarenta y cincuenta a los que hacía posar en su estudio, que es de especial relevancia. Lo distintivo de su voz creativa pivota sobre el dominio preciso del lenguaje fotográfico y un profundo conocimiento técnico. El empleo del encuadre, la composición y la iluminación, la precisión en la selección de negativos y su procesado posterior se combinan, en su caso, con una intuición visual propia.