Crónica histórica sobre la vida de don Pelayo. Pelayo. Príncipe de los astures es una historia dentro de muchas historias. Las propias crónicas cuentan cómo en tierras astures se adoraba a los osos de los profundos bosques; animales que traían a las tribus la fortaleza de los dioses y que eran adversarios de los jóvenes guerreros que deseaban sentarse en las hogueras conciliares de los castros milenarios. Como aquellos guerreros de antaño, el joven Pelayo fue a enfrentarse con este animal totémico para lavar su honor de caballero. También cuentan la historia de Pelayo, y cómo quedó victorioso en la conquista de la Galia, convirtiéndose entonces en fiel espatario del rey Rodrigo. En la batalla de Guadalete quedaron sus enseñas vencidas por las tropas bereberes. En aquel lugar y en aquel tiempo cayeron las huestes godas, también por la felonía de los herederos del despótico rey Witiza. Pelayo quedó preso en Córdoba, pero hablan que escapó a sus hermosos montes, donde llegó a ser caudillo y príncipe de los astures en la batalla de Covadonga. José Luis Olaizola nos guía por las andanzas de Pe