En una época en que la mujer se destinaba al convento o al hogar, invariablemente sujeta a la voluntad del padre, marido o hermano, la vida de Enriqueta Faber (¿1791-1827?), la famosa travesti médico-mujer, fue extraordinaria. Nacida en Suiza, viuda a los 18 años, asume la identidad de hombre para estudiar cirugía en París, ingresa en el ejército napoleónico como médico-cirujano, participa en la invasión de Rusia, es hecha prisionera en la guerra de España, regresa a París, viaja a Guadalupe y salta a Cuba.
Aunque sólo pasa cinco años en Cuba, Enriqueta Faber deja un enorme rastro en la literatura de la isla, el último, la novela Mujer en traje de batalla (2001) de Antonio Benítez Rojo.
En Cuba la médico-cirujano contrae matrimonio con una dama cubana. Un matrimonio que se prolongaría durante cuatro años, hasta que la esposa denuncia la impostura de su consorte.