Recién descubierto y adquirido por el Museo del Prado, El vino de la fiesta de San Martín es un cuadro de la etapa final de Bruegel el Viejo, indudablemente la mejor.?Estamos ante una obra maestra de uno de los maestros antiguos más afamados, que nos sirve de pórtico para desvelar las primeras luces de un mundo a partir del que se fraguó el nuestro. El carácter revolucionario de la misma se plasma en el hecho de que rompió, entre otras cosas, la división tradicional de los géneros, pues, a la vez, es un paisaje, que representa las afueras de Bruselas, pero también es una escena de costumbres, que contiene un montón de retratos individualizados.?
Del prólogo de Francisco Calvo Serraller