Este libro surge del anhelo de seguir aportando en la labor, siempre decisiva e inacabada, de reconstruir la presencia de los educadores, ya sean padres o maestros. Es un texto orientado a renovar la vocación, reconstruir el entusiasmo y reavivar la alegría de educar. El conjunto del texto se muestra a modo de espejo en el que se refleja el ser y la presencia, el rostro de esos maestros o maestras en los que las familias pueden seguir el rastro de lo mejor de su propia labor como educadores de sus hijos. Consciente del efecto evocador de los olores y su relación con la memoria y las emociones, se ha procurado hacer de éste un libro que pueda ser respirado. Por eso, el autor ha cuidado especialmente el aroma de cada palabra, la fragancia de cada idea y el perfume de cada experiencia compartida. El autor espera que tanto maestros como familias puedan verse reflejados, inspirados, alentados, interpelados, cuestionados, abrazados y, sobre todo, reconocidos y honrados con todos y cada uno de los agradecimientos que conforman el contenido de este libro. José María Toro es maestro de enseñanza primaria, conferencis