Sara, rebelde por naturaleza, ha sido expulsada de su instituto y su madre la ha cambiado a uno privado donde trabaja haciendo la limpieza. La inconformidad de la chica
solo se ve calmada cuando practica parkour, una disciplina que consiste en realizar difíciles trayectos usando las habilidades del propio cuerpo. Es tan hábil haciendo estos recorridos, que la llaman la Araña. Su afición a esta actividad propicia un encuentro con Lucía, una detective privada. Entre las dos descubren que una chica del nuevo instituto de la Araña está sufriendo ciberacoso, pero no saben cómo probarlo. La Araña termina metiéndose en un peligroso caso que la lleva a enfrentarse con dos adultos que han tejido una red criminal mediante la cual intimidan y chantajean a chicas adolescentes. La chica termina por frustrar un secuestro y saca a la luz la trama de los delincuentes, que empezaba con el ciberacoso y continuaba con la distribución de pornografía infantil.