El personaje poético del fauno -que nació al cumplir el autor la cuarentena- ahora en el arrabal de la senectud, más sabio acaso y más irónico, si cabe, pero también más melacólico y desengañado, ensaya su primera despedida, sin ceder un ápice en su compromiso con la felicidad y el buen hacer poético.
Fiel a la tradición en que se inscribe y a la modernidad en que se mueve, recupera su mejor registro para abordar, con su probado dominio de las formas, los ineludibles temas del paso del tiempo, el amor y el desamor, la amistad, el deseo y la propia labor de la escritura.
Un adiós que es acaso un hasta luego.
Francisco Castaño (Salamanca, 1951) tiene toda su obra publicada en Hiperión y con este Primer adiós del fauno se cumple el cuarto de siglo desde que publicara en ella por primera vez.