Se publica después de un siglo de su creación lo que se considerara como el primer cancionero de coplas flamencas populares según el estilo de Andalucía y es que el nombre de Balmaseda no debería faltar en ninguna historia menuda y precisa de la literatura española y, particularmente, de la poesía popular y por ende el flamenco, como síntoma o revelación de una tendencia literaria aún vigente en las escurriduras o postrimerías del Romanticismo. La edición y el prólogo corren a cargo de Enrique Baltanás.